Al fin algo de acción [Alexía]

Genial, era mi primer día en el campamento y ya estaba buscando la manera para salir huyendo de ahí. No es que el campamento fuera aburrido ni mucho menos, pero no tenía ganas de ver la cara de mi padre mientras disfrutaba de mi primer día.
Dentro del campamento me sentía profundamente observada, como si no pudiera ser libre, como si nos estuvieran vigilando de todo, tanto acciones como pensamientos.
Tan solo pensar que no podía hacer lo que quisiera me hacía desear salir de aquel lugar, incluso me hacía desear estar con una bola de humanos corrientes con tal de poder estar sin seguir reglas.

Mi padre había dado la orden de que no saliéramos del campamento a menos que fuera alguna misión o urgencia, y solo podíamos salir con su permiso, pero sabiendo claramente que yo no seguía reglas, me separé de los demás semi-dioses y caminé rumbo a la salida, tenía todo para regresar a las vegas o a algún lugar divertido, todo iba perfecto, mi plan de escape estaba saliendo bien, hasta que sentí que choqué con alguien.

“genial!” pensé con sarcasmo.

-Lo siento- dije mirando a la chica y tomando mi mochila entre los hombros.

Mi mochila si que pesaba un poco, considerando que traía en ella casi toda mi casa, ninguna cosa se me había olvidado meter, y no había dejado nada en mi cabaña porque no confiaba mucho en mis hermanos, con cualquier borrachera podrían destruir mis cosas y nunca me las pagarían.

-Si, estoy bien no te preocupes- dije con una sonrisa y mirando de ella a un gran árbol que tenía enfrente.

Creo que había notado que era nueva, dada su pregunta supe que era así.
“Al menos no sabe como soy” pensé.

Estaba ligeramente acostumbrada a que las personas se alejaran de mi y me tomaran por rara, la verdad eso había dejado de importarme hace algún tiempo, pero aun así era muy aburrido hacer fiestas y que nadie fuera más, era realmente odioso, incluso había tenido platicas con mi padre fuera del campamento para arreglar este caso de mi dificultad para hacer amigos, pero nada ayudaba.

Sonreí a la chica, si quería tener de una buena vez amigos, tenía que mostrarme más amigable y dejar fluir el poder de mi padre, aunque todo terminara siendo un completo des… desastre.

-Si, nueva así muy nueva- dije aun con la sonrisa en mi rostro - soy tan nueva como lo viejo que es mi padre ¿y tu?- pregunté.

La chica llevaba un mes, al menos no era tan antigua como esperaba, quizá podría llevarme mejor con ella que con mis hermanos, pero ahora lo único a lo que me tenía permitido pensar era en escapar, aunque estaba un poco segura que mi padre me regresaría en cuanto me viera salir, me tomaría del gorro de mi suéter y me regresaría a la cabaña como niña pequeña.

-Ni yo me presenté, descuida- dije con una sonrisa y le tomé su mano- un gusto Alexía, soy Melanie Lightwood- me presenté también.

Noté que ella había evitado decir hija de quien era, así que tampoco le veía el caso de decirlo yo, no quería que todos supieran que era la hija del director del campamento, era de alguna manera vergonzoso, pero amaba a mi padre aún así, sin el mi vida sería más que aburrida.

Ella notó que me iba, no me quedó otra más que aceptarlo, pero de todos modos, no podría hacer nada para evitarme ir, si iba a acusarme con Dionisio, tendría yo tiempo para correr y escapar.

-Si…. No tardo- dije sonriendo y caminando un poco a la salida.

Miré a la chica y luego a la salida, mi mirada iba y venía al mismo ritmo, parecía coordinación, no sabía ni que hacer, no sabía si escapar y correr o quedarme allí parada, no me gustaba mucho estar al cuidado de mi padre, pero tampoco me gustaba estar muy libre sin el cuidado de nadie, no se a que grado de locura podría llegar si estaba sola.

-No se… a donde el viento me lleve- dije mirándola y luego murando el pasto que estaba en mis pies, veía a algunos mas campistas llegar y pasar a mi lado, todos con sus caras sonrientes de estar de nuevo en aquel lugar, mientras que yo desaprovechaba la oportunidad yu deseaba irme.

-Es verdad, nadie en su sano juicio se iría con Dionisio de director, pero yo no estoy tan cuerda para pensar en las consecuencias, así que supongo que me gustaría estar afuera por un tiempo, después de todo, cuando mi padre note mi ausencia me traerá de regreso al campamento- dije despistada, con la mirada un poco perdida, pero aun así recta con lo que decía.

La miré un segundo, no parecía la clase de chicas que te delatara cuando vas a ser algo malo, más bien producía algún tipo de confianza, como si pudieras contarle todo y no temieras que lo fuera a divulgar por todo el campamento.

La escuché que quería acompañarme a la salida, no quería rechazarla ni nada, pero si iba quizá averiguaría más lo que planeaba y no quería, pero ese sentimiento de confianza regresó, como si que me acompañara no fuera tan malo.

-Claro, vamos- dije y sujeté de mejor forma mi mochila para tener mejor agarre y poder correr si es que se presentaba la ocasión.

Caminé a su lado, mirando a más campistas, más y más, con expresiones diferentes, todos con sentimientos encontrados al llegar a lugar, muchos con la ilusión de que sus padres lo reconocieran, todos eran muy diferentes.

-Hija de quien eres?-pregunté en el camino.