Conectarse
Últimos temas
Estamos en...
Mejores posteadores
Loucie Mongiello (491) | ||||
Annabeth Chase (412) | ||||
Thalia Grace (189) | ||||
Samuel Skarsgård (88) | ||||
Alexía Diamantidis (88) | ||||
Clarisse La Rue (79) | ||||
Atenea (64) | ||||
Apolo (62) | ||||
Melanie Lightwood (60) | ||||
Sophie Underworld (57) |
Un encuentro casual… o tal vez no [Rachel]
2 participantes
Página 1 de 1.
Un encuentro casual… o tal vez no [Rachel]
Mi cumpleaños había pasado hace poco y aún estaba sorprendida por la sorpresa de Loucie. Era lo mejor que alguien me podía haber hecho nunca. Estaba profundamente agradecida, no sabía cómo pagarle ese favor que me acababa de hacer. Ahora iba a ver a Quirón que, supuestamente, tenía algo importante que decirme. Estaba algo nerviosa. No era mi primera vez, sólo la segunda. La primera vez fue cuando llegué aquí y Atenea me reclamó. Estaba feliz por no ser una indefinida porque, en el fondo, sabía que Hermes no era mi padre. Bueno, era obvio, pero dudaba de Afrodita. Había pensado en alguna diosa menor pero, nada más y nada menos que la gran Palas Atenea. Era lo mejor que me podía haber pasado en la vida.
Caminaba por el Campamento, era medio día y había mucha gente alrededor. Conocía a algunos por mi fiesta, a otros simplemente de vista. A otros… no los conocía. El sol estaba en lo alto del cielo. Me había levantado temprano y había estado un rato en el bosque, para relajarme un poco. Después, cuando volvía a mi cabaña, llegó un sátiro con un mensaje de Quirón. Ahí fue cuando supe que necesitaba hablar conmigo. Forzaba sonrisas para saludar a la gente y, la verdad, es que eran bastante convincentes, pero alguien que me conociera realmente sabría que algo me preocupaba. El camino se me hacía largo cuando era regular.
Cuando al fin llegué, no sabía si entrar o no. Me quedé unos minutos pensativa. Llamé a la puerta pero ni el Señor D. ni Quirón vinieron a abrirme. Después de esperar otro par de minutos decidí entrar. Abrí cuidadosamente la puerta aunque emitió un pequeño chirrido de todas maneras. Cerré la puerta al entrar y luego miré a mi alrededor. Si no fuera por mi memoria fotográfica, me habría perdido. Me fui por la derecha, con paso precavido. Llegué a una sala que estaba vacía.
- ¿Hola? —pregunté— ¿Hay alguien? —mi voz contenía algo de esperanza—
Di unos pasos hacia adelante, sin dejar de mirar alrededor mío.
Caminaba por el Campamento, era medio día y había mucha gente alrededor. Conocía a algunos por mi fiesta, a otros simplemente de vista. A otros… no los conocía. El sol estaba en lo alto del cielo. Me había levantado temprano y había estado un rato en el bosque, para relajarme un poco. Después, cuando volvía a mi cabaña, llegó un sátiro con un mensaje de Quirón. Ahí fue cuando supe que necesitaba hablar conmigo. Forzaba sonrisas para saludar a la gente y, la verdad, es que eran bastante convincentes, pero alguien que me conociera realmente sabría que algo me preocupaba. El camino se me hacía largo cuando era regular.
Cuando al fin llegué, no sabía si entrar o no. Me quedé unos minutos pensativa. Llamé a la puerta pero ni el Señor D. ni Quirón vinieron a abrirme. Después de esperar otro par de minutos decidí entrar. Abrí cuidadosamente la puerta aunque emitió un pequeño chirrido de todas maneras. Cerré la puerta al entrar y luego miré a mi alrededor. Si no fuera por mi memoria fotográfica, me habría perdido. Me fui por la derecha, con paso precavido. Llegué a una sala que estaba vacía.
- ¿Hola? —pregunté— ¿Hay alguien? —mi voz contenía algo de esperanza—
Di unos pasos hacia adelante, sin dejar de mirar alrededor mío.
Alexía Diamantidis- Hija de Atenea
- Dracmas : 88
Fecha de inscripción : 13/09/2011
Edad : 31
Localización : Campamento Half-Blood
Arma Favorita : Daga Humor : Normal.
Re: Un encuentro casual… o tal vez no [Rachel]
Me había quedado a dormir en el campamento, había logrado convencer a mis padres de pasar todas las vacaciones allí, aunque no les había dicho muy bien donde y que tipo de campamento era, pero no había mucha diferencia, ellos pocas veces me prestaban atención en lo que decía, siempre estaban ocupados en sus negocios que no me sorprendía que se olvidaran a veces de su hija.
En mi sueño decía profecías sin desmayarme, veía a unos campistas alrededor de mi como si estuviera haciendo un acto de alguna feria, me veían con cara como si les hubiera dicho algo que afectara su futuro, ni siquiera yo, que era la que lo había dicho, sabía que significaban aquellas cosas.
Quirón me había dicho que los sueños son la base de mi don, que los sueños podían hacerme comprender un poco más de lo que las profecías daban a entender, y peor aún, todos los secretos ocultos detrás de ellas.
De un segundo a otro mi sueño había cambiado, ahora estaba en un bosque con neblina escapando de algo o alguien que nos perseguía, no estaba sola, habían mínimo como 5 campistas corriendo a mi lado, pero aun así no quería voltear a ver que nos seguía. Yo era la más lenta de todos, en mis sueños siempre me cuesta correr, era tan difícil como correr en agua, tan difícil que caí y sentí como ese “algo” me arrastró hacia el, sentía que era mi fin, lo podía ver, pero entonces, la escena cambió.
Ahora estaba en un laberinto, era inmenso con muchísimas puertas de diferentes apariencias, como representando las distintas emociones y decisiones que debes tomar al llegar a ese lugar, podía reconocerlo por muchas descripciones que habían hecho de ese lugar pero, ¿Por qué ahora estaba allí?, no lo sabía, sólo sabía que estaba sola, sola en el laberinto de Dédalo intentando buscar una salida que me llevara de regreso al campamento, pero ninguna parecía ser la correcta, la niebla se hacía cada vez mas intensa, pero no me afectaba, podía ver muy bien a través de ella, pero eso no servía, porque por mas que me esforzara siempre llegaba al mismo lugar, al centro de todo.
Desperté sobresaltada después del sueño, era el sueño mas vívido que había tenido dentro del campamento ¿tenía algo que ver con el futuro?, no lo sabía y sinceramente no quería saberlo, tan solo pensar en quedarme atrapada en ese laberinto me daba escalofríos. Me levanté del sillón acomodando un poco mi cabello con mis dedos cuando escuché la puerta abrirse y cerrarse, alguien había entrado.
Caminé un poco hasta donde había escuchado el ruido, siguiendo solamente a mis instintos llegando a la sala vecina de donde estaba yo, y allí estaba una chica, por sus ojos pude notar que era hija de Atenea, me sonreí a mi misma, mientras mas tiempo pasaba en el campamento mejor distinguía las ascendencias de los mestizos.
-Hola, solo estoy yo, soy Rachel Elizabeth Dare-me presenté sonriendo y mirándola- Buscas a alguien?- pregunté intentando despertarme un poco más.
En mi sueño decía profecías sin desmayarme, veía a unos campistas alrededor de mi como si estuviera haciendo un acto de alguna feria, me veían con cara como si les hubiera dicho algo que afectara su futuro, ni siquiera yo, que era la que lo había dicho, sabía que significaban aquellas cosas.
Quirón me había dicho que los sueños son la base de mi don, que los sueños podían hacerme comprender un poco más de lo que las profecías daban a entender, y peor aún, todos los secretos ocultos detrás de ellas.
De un segundo a otro mi sueño había cambiado, ahora estaba en un bosque con neblina escapando de algo o alguien que nos perseguía, no estaba sola, habían mínimo como 5 campistas corriendo a mi lado, pero aun así no quería voltear a ver que nos seguía. Yo era la más lenta de todos, en mis sueños siempre me cuesta correr, era tan difícil como correr en agua, tan difícil que caí y sentí como ese “algo” me arrastró hacia el, sentía que era mi fin, lo podía ver, pero entonces, la escena cambió.
Ahora estaba en un laberinto, era inmenso con muchísimas puertas de diferentes apariencias, como representando las distintas emociones y decisiones que debes tomar al llegar a ese lugar, podía reconocerlo por muchas descripciones que habían hecho de ese lugar pero, ¿Por qué ahora estaba allí?, no lo sabía, sólo sabía que estaba sola, sola en el laberinto de Dédalo intentando buscar una salida que me llevara de regreso al campamento, pero ninguna parecía ser la correcta, la niebla se hacía cada vez mas intensa, pero no me afectaba, podía ver muy bien a través de ella, pero eso no servía, porque por mas que me esforzara siempre llegaba al mismo lugar, al centro de todo.
Desperté sobresaltada después del sueño, era el sueño mas vívido que había tenido dentro del campamento ¿tenía algo que ver con el futuro?, no lo sabía y sinceramente no quería saberlo, tan solo pensar en quedarme atrapada en ese laberinto me daba escalofríos. Me levanté del sillón acomodando un poco mi cabello con mis dedos cuando escuché la puerta abrirse y cerrarse, alguien había entrado.
Caminé un poco hasta donde había escuchado el ruido, siguiendo solamente a mis instintos llegando a la sala vecina de donde estaba yo, y allí estaba una chica, por sus ojos pude notar que era hija de Atenea, me sonreí a mi misma, mientras mas tiempo pasaba en el campamento mejor distinguía las ascendencias de los mestizos.
-Hola, solo estoy yo, soy Rachel Elizabeth Dare-me presenté sonriendo y mirándola- Buscas a alguien?- pregunté intentando despertarme un poco más.
Rachel Elizabeth Dare- Oráculo de Delphos
- Dracmas : 35
Fecha de inscripción : 25/07/2011
Localización : La Clarion Ladies Academy -New Hampshire-
Arma Favorita : Cepillos xD Humor : A-L-E-G-R-E
Re: Un encuentro casual… o tal vez no [Rachel]
Escuché unos pasos detrás mío y giré para ver quién era. Era una chica pelirroja, de ojos claros. Se llamaba Rachel Elizabeth Dare. No podría clasificarla como hija de ningún dios o diosa así que dejé su ascendencia de lado.
- Alexía Diamantidis, mucho gusto. —me presenté— Bueno, Quirón me mandó a llamar pero no lo encuentro. —respondí— ¿Y tú? ¿Qué haces aquí? —le pregunte a su vez—
La chica parecía hija de Deméter… aunque podría ser hija de Hermes… tal vez incluso de Ares. Nadie sabe la verdad de eso. Rachel no se podía clasificar a primera vista. Seguí analizándola externamente. No podía hacerlo de otra forma. ¿Por qué? Porque no era fácil. Podría ser una de mis hermanas y, en ese caso, haría un esfuerzo por conocerla mejor. Como me dijo Thalía.
- ¿Te gusta este lugar? —pregunté refiriéndome al Campamento Mestizo—
Era increíble lo que los semidioses eran capaces de hacer aquí. Hay algunos que suben el muro de escalada hasta la cima… no sé si sería capaz de eso, le tengo mucho miedo a las alturas. Sólo que ayer había pasado mi record, aunque aún me falta para llegar a la cima. Los semidioses aquí son muy buenos con las armas… dependiendo de su arma predilecta. Me encanta usar mi daga en las batallas pero es más difícil por eso a veces entreno con una espada que tomo del almacén. Suelo hacer esas cosas por si necesito usar alguna otra arma que no sea mi daga; debería entrenar más con el arco y las flechas… eso es lago con lo que no he entrenado.
No entendía a algunas personas que lo único que querían era salir de aquí. Seguramente por la libertad, no niego haberla echado de menos de vez en cuando. Es sólo que éste Campamento nos mantiene vivos y en forma. En perfecta forma, diría yo. Es fabuloso porque uno puede hacer las actividades que más quiere sin molestar a los demás o sin temer el rechazo a nada, como en institutos para mortales o algo por el estilo. Mi prima era de éste estilo. No juzgaba a la gente por lo que le gustaba y respetaba sus opiniones. Ese era el tipo de gente que me agradaba.
Había gente bastante agradable en el Campamento Half-Blood, pero nunca faltan los que roban (hijos de Hermes) o los que siempre buscan peleas (hijos de Ares). Tampoco faltan las engreídas (Afrodita) que siempre se creen las mejores, los cuidadores de la naturaleza (algo bueno) (Deméter), los que proveen alcohol a algunos campistas (Dionisio) y hacen las mejores fiestas, los mejores músicos (Apolo), etc. Si, así de variado era el Campamento. Me gustaba la variedad, el mundo sería muy aburrido y monótono sin variedad. Aunque la igualdad en derechos es algo que no cuestiono ni cuestionaré nunca.
Volvamos con Rachel. Seguía sin encontrarle ningún pariente divino… y comencé a dudar de que tuviera uno.
- Alexía Diamantidis, mucho gusto. —me presenté— Bueno, Quirón me mandó a llamar pero no lo encuentro. —respondí— ¿Y tú? ¿Qué haces aquí? —le pregunte a su vez—
La chica parecía hija de Deméter… aunque podría ser hija de Hermes… tal vez incluso de Ares. Nadie sabe la verdad de eso. Rachel no se podía clasificar a primera vista. Seguí analizándola externamente. No podía hacerlo de otra forma. ¿Por qué? Porque no era fácil. Podría ser una de mis hermanas y, en ese caso, haría un esfuerzo por conocerla mejor. Como me dijo Thalía.
- ¿Te gusta este lugar? —pregunté refiriéndome al Campamento Mestizo—
Era increíble lo que los semidioses eran capaces de hacer aquí. Hay algunos que suben el muro de escalada hasta la cima… no sé si sería capaz de eso, le tengo mucho miedo a las alturas. Sólo que ayer había pasado mi record, aunque aún me falta para llegar a la cima. Los semidioses aquí son muy buenos con las armas… dependiendo de su arma predilecta. Me encanta usar mi daga en las batallas pero es más difícil por eso a veces entreno con una espada que tomo del almacén. Suelo hacer esas cosas por si necesito usar alguna otra arma que no sea mi daga; debería entrenar más con el arco y las flechas… eso es lago con lo que no he entrenado.
No entendía a algunas personas que lo único que querían era salir de aquí. Seguramente por la libertad, no niego haberla echado de menos de vez en cuando. Es sólo que éste Campamento nos mantiene vivos y en forma. En perfecta forma, diría yo. Es fabuloso porque uno puede hacer las actividades que más quiere sin molestar a los demás o sin temer el rechazo a nada, como en institutos para mortales o algo por el estilo. Mi prima era de éste estilo. No juzgaba a la gente por lo que le gustaba y respetaba sus opiniones. Ese era el tipo de gente que me agradaba.
Había gente bastante agradable en el Campamento Half-Blood, pero nunca faltan los que roban (hijos de Hermes) o los que siempre buscan peleas (hijos de Ares). Tampoco faltan las engreídas (Afrodita) que siempre se creen las mejores, los cuidadores de la naturaleza (algo bueno) (Deméter), los que proveen alcohol a algunos campistas (Dionisio) y hacen las mejores fiestas, los mejores músicos (Apolo), etc. Si, así de variado era el Campamento. Me gustaba la variedad, el mundo sería muy aburrido y monótono sin variedad. Aunque la igualdad en derechos es algo que no cuestiono ni cuestionaré nunca.
Volvamos con Rachel. Seguía sin encontrarle ningún pariente divino… y comencé a dudar de que tuviera uno.
Alexía Diamantidis- Hija de Atenea
- Dracmas : 88
Fecha de inscripción : 13/09/2011
Edad : 31
Localización : Campamento Half-Blood
Arma Favorita : Daga Humor : Normal.
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
|
|
Dom Sep 23, 2018 10:00 pm por Annabeth Chase
» Relaciones de Sesos con Algas {Amo a mi Novia}♥
Vie Jun 14, 2013 11:34 pm por Lily Giselle Craig
» {Relaciones de Cassie Blacke} Amo a mi novio♥
Vie Jun 14, 2013 11:23 pm por Lily Giselle Craig
» Hey... You, It's not what it looks like. ~Mrs. Mongiello's Relationships'~
Vie Jun 14, 2013 11:09 pm por Lily Giselle Craig
» Y si revivimos el foro
Vie Jun 14, 2013 11:05 pm por Lily Giselle Craig
» Registro de Avatares
Jue Jun 13, 2013 8:08 pm por Lily Giselle Craig
» ¿Como pude encontrarte aquí? {Percy}
Miér Jul 18, 2012 8:06 pm por Cassie Blacke
» Perseus Jackson [F.I.C.H.A C.O.M.P.L.E.T.A]
Lun Jul 16, 2012 9:16 pm por Thalia Grace
» Cassie Blacke {C O M P L E T A}
Lun Jul 16, 2012 9:14 pm por Thalia Grace