La lava es tan peligrosa como la leche (Donghae Lee)

Era otro día en el campamento Media Sangre,Samuel se levantó aquella mañana bastante temprano, a eso de las 6 a.m, pues quería practicar sin que nadie le molestase con preguntas bobas o intenciones de que él enseñara a débiles a luchar, aquello nunca se volvería real, antes preferiría golpearse a si mismo.

Luego de que dio unas cuantas vueltas por la Colina Mestiza e hizo suficiente ejercicio muscular, estaba listo para lo que fuese, así que fue hacia la Muro de Lava y comenzó a ascender por aquella construcción, la cabaña de Ares tenía el récord en aquello y nunca nadie podría siquiera hacerles la competencia. Samuel actualmente tenía el récord en general, seguido de su hermana Clarisse que estaba demasiado celosa de aquello.

Luego de bajar y dar por terminada aquella práctica, pensó que lo mejor sería descansar un rato, por lo que se dejó caer sobre una pequeña banca cerca de aquel lugar mientras pasaba una toalla por su frente para secar el sudor que sus poros expelían. Podría haberse quedado incluso dormido en aquel lugar, pero la presencia de alguien más le llamó la atención y no pudo sino estar atento a la persona que se acercaba hacia donde estaba él.

Hace una semana que estaba por estos lados, caminando por el campamento sin tener qué hacer ni a quién molestar. Solía sentarme en el área libre a escuchar todo a mi alrededor y crear estática en el aire que me envolvía... en una de esas veces escuché a un par de jóvenes hablar de un tal muro de lava, que era parte del terreno de entrenamiento y que resultaba bastante difícil de pasar, que sólo los hijos de Ares han logrado superar "bien" ese obstáculo. Como es parte de mi naturaleza me dio gran curiosidad, por lo que hoy, como no tenía nada que hacer, decidí ir a pasearme por allá a ver si me parecía apetecible hacer el esfuerzo de intentar cruzar el muro.
Caminé por un ancho camino de tierra por unos minutos hasta llegar al amplio terreno de entrenamiento. Y vaya que era enorme. Continué mi caminata hasta vislumbrar lo que era el famoso muro de lava. Ugh... no sé si lograría hacer algo notable con esto. Cuando ya estuve lo suficientemente cerca pude ver a una persona sentada en una banca, lucía un tanto agotado, posiblemente estaba entrenando. Me acerqué como si nada y me senté en el otro extremo de la banca.
-¿Cómo va el entrenamiento?-pregunté así como si nada. No era bueno entablando una conversación como se debía, pero eso no me interesaba demasiado.

Estaba demasiado ocupado en sus pensamientos que no reparó mucho en cómo era aquella persona, sólo se limitó a diferenciar su género y un poco el rostro que poseía. Pasó la toalla por su rostro para quitar el sudor que escurría por este y luego la dejó a un lado, miró el muro de lava por unos momentos y se limitó a mirar al chico, el cual había dicho algunas palabras.

A Samuel no le gustaba mucho el socializar, en realidad, casi nada, estaba bien solo y solo le gustaba estar, bueno, nadie era suficientemente bueno para él ni tampoco estaban a su altura, Ares no permitía la debilidad ni tampoco las cursilerías, por lo que el chico menos lo haría; para él las personas del campamento no eran más que rivales a los cuales vencer y una vez hecho esto avanzar.

Sin mucho ánimo pero con una voz grave y fuerte, habló.
-Nunca es suficiente, se debe entrenar más y más hasta ya no poder sentir tus músculos- expresó de manera decidida, sin apartar la vista del joven, sosteniendo su mirada la cual era bastante volátil.

La persona de rostro alargado que estaba a mi lado se secó un poco el sudor pegote que tenía en la cara con una toalla para luego mirar el miro y volver si vista hacia a mí. Le sostuve la mirada sin mucho esfuerzo, no me molestaba ver a los demás, ya que si bien podían ganarme en algunas cosas jamás me sentía menos que ellos, quizás por influencia de mis genes paternos.
-Tsk... Eso es un exceso. Por lo que veo eres hijo de Ares, sólo uno de ellos diría semejante cosa. Son amantes del ejercicio y del ganar-solté sin miedo a nada, a pesar de estar consciente de que podría reaccionar de mala manera y ponerse a amenazarme e insentivarme a luchar con él. La verdad no andaba con ganas de batallar, pero de todas formas hablé como pensando en la posibilidad de que no respondería así. Suspiré y esperé mientras continuaba devolviéndole la mirada.

Podría haber hecho tantas cosas en ese momento que casi le pareció irracional lo que su cabeza pensaba, podría haberse ido del lugar, volver a entrenar, darle una paliza al sujeto e incluso poder haberlo asesinado, pero ninguna le fue lo apetecible, quizás lo atribuía al cansancio que experimentaba.

Miró al chico a los ojos con gesto inexpresivo, no era de muchos sentimientos ni emociones, ni menos el de andar socializando con otros, eso le enfermaba, prefería que le disparasen con una flecha antes que tener que hacer de amistad con alguien.
-Algún problema con eso?, no es de esperar que no entiendas aquella filosofía de vida, todos son simples formas de vida inútiles y cobardes-dije con una mirada algo asesina para luego levantarse y sujetar en su cuello la toalla, le había entrado ganas de partirle el cuello a alguien, pero no podía pues las estúpidas reglas del campamento se lo prohibían...claro, dentro de este, fuera, podía hacer lo que quisiera.

Y como lo supuse pude notar en el tono de voz del tipo que se había molestado. ¿Por qué era tan fácil provocar a los hijos de Ares? Seguro es porque lo único en que piensan es en pelear, guerras, sangre, ganar. No pude evitar soltar una risa corta cuando me preguntó si tenía problema con eso.
-No, no tengo problema alguno con eso. Sólo daba mi punto de vista... Y por lo entendido tienes uno absolutamente diferente. No sé cómo nos llevaremos, no tengo la idea de cómo se relacionaban nuestros padres; y eso influye bastante-dije tirando los brazos hacia atrás para apoyarlos en la banca, al mismo tiempo que doblaba la cabeza en aquella misma dirección. Hice que corriera un poco de viento para que me refrescara, el muro de lava generaba bastante calor por estos lados.
Ahora, como estamos en un área de entrenamiento, lo más sensato sería hacer una pequeña competencia con el tipo, pero la verdad no tenía muchas ganas. Suspiré aburrido y me pasé la mano por el cabello.
-Y... ¿cuál sería tu nombre, hijo de Ares?-pregunté así como así para continuar alguna especie de conversación.