No puedo creer que la vida me odie de este modo. (Thalia)

Hoy había ya comenzado a entrenar, lo que me hacía sentir un poco mejor, pero por otro lado, tampoco tenía muchas ganas que digamos de compartir con los campistas y tampoco estaba siendo tan simpática, mientras que todos se estaban comportando de maravilla conmigo. Quizás era egoísta de mi parte, y exceso de orgullo, pero tampoco podría decir que siento culpa, porque eso pasaría a llamarse una gran mentira. Y aunque yo podría aprovecharme y fingir, no me daban ganas de andar haciéndolo... Pero algo me decía que ya vendría la hora en que me encariñaría de algunos por más que lo evitara y tendría que comenzar a fingir sonrisas y risas... Lo que no me apetecería, ser falsa con el resto... Con los que me estaban tratando bien y se estaban portando bien conmigo.

Después de unos entrenamientos, salí al área de descansos. Saqué una soda de agua con gas, y me senté en una banca. Aún tenía la respiración un poco agitada y pero me agradaba. Me encantaba hacer ejercicio y entrenar, ya sentía como me podía sentir mucho más a gusto conmigo misma, a pesar de que no me adaptaba al campamento, me sentía un poco mejor y estaba superando paulatinamente el fallecimiento de mi mejor amigo William Hale, y mi madre.

Vi a una chica acercarse a mí. Quizás se sentaría a mi lado, o se pondría más ruda, me podía esperar perfectamente las dos reacciones perfectamente. Como siempre, me mostré expresiva, mientras giraba mi vista en torno ahora a un árbol. Quizás la chica me tendería a evitar... Lo que me parecería totalmente normal. Y por cierto, era esperable, no estaba correspondiendo lo bien que andaban tratándome todos. A la chica la había visto y a lo mejor le había dirigido la palabra una vez, pero no la había tratado como para definir su modo lo suficientemente.

No me incomodó precisamente que la chica se sentara a mi lado, tampoco me importaba que me hablara, simplemente tal vez yo sonaría un poco ruda, o mostraría desinterés. La chica tenía unos ojos azules penetrantes y un cabello más o menos de mi mismo tono, aunque un poco más anaranjado, tenía unos labios redondos y bien pronunciados con una línea fina haciéndolos delicados... En resumen, una chica bonita.

Qué tal. Dije. Mi voz no sonaba tan frágil como yo creía que sonaría, sonaba como siempre solía sonar, una voz normal y natural, un deje agridulce... Mi típico tono.

Tenía toda la pinta de ser una buena peleadora, y como yo tenía muchas ganas de entrenar, ver sus prendas me hacían ganas de sacar mi anillo y comenzar a pelear justo allí, pero podía notar que la chica tenía la respiración agitada, así que deduje que había venido a esta zona para descansar de los entrenamientos.

Me fijé en el suelo, estaba demasiado limpio, lo que me parecía de algún modo extraño. Entonces volví mi mirada a la chica, y dejé ver una leve sonrisa, al menos no la forzaba a sonreír, simplemente era leve, pero verdadera, que era mejor a una risa dichosa y amplia, pero falsa. Por lo menos a mi parecer. Odiaba que forzaran risas, y también me odiaba por a momentos tener que hacerlo.

La chica sólo se limitó a decir 'hola'. No me molestó, pero odiaba tener que continuar yo con la conversación. No sabía bien qué decir, pero no se debía a alguna especie de timidez y no entendía por qué aún yo no estallaba y me ponía a gritar como loca. Tal vez me estaba acumulando todo y en algún momento explotaría... Pobre del que estuviese cerca mío cuando lo hiciera.

Casi pude reír de mis pensamientos. La chica había tenido los ojos cerrado, casi pude suponer que la había despertado, pero fue estúpido, recién se había sentado, nadie se dormía con tanta rapidez. Emm... Musité mientras comenzaba a incomodarme por el silencio que se armaba en el ambiente, yo quería hablar, podía hacerlo, de paso me funcionaba para despistarme de mis odiosos pensamientos... Pero no sabía como romper el silencio. Esperaba que ella lo hiciera, antes de que se hiciera realmente incómodo.

Okay, eso me molestó y bastante. Puse los ojos en blanco. Me levanté del banco, cruzando los brazos. La di la espalda a la chica un momento, mientras pensaba un poco cómo poder comenzar a entrenar. Resbalé suavemente mi anillo a través de mi dedo, hasta que lo saqué y no demoró en convertirse en mi espada. Quería buscar a un monstruo que convocar o algo, después de todo, mucho descanso y poca acción, eso no iba en mi vocabulario así que si iba a entrenar sería ahora, a menos que alguien me dijera algo realmente importante, sobre William Hale o mi madre, o algo que fuera importante dentro de las cosas que le pueden resultar importante a una persona como yo.

Evalué el filo de mi espada, que brillaba contra el sol, reflejándolo en la punta de la hoja. Mi empuñadura era bastante cómoda y al ser hecha de esmeralda se hacía más rígida, por lo que si la mano transpiraba, no resultaba resbaladizo. No sabía qué más decirle a la chica, ése silencio me había aburrido bastante, no era una chica de cero palabras, si no hay diálogo, mejor hacer algo interesante como comenzar a prepararme para las batallas y llegar a ser lo que yo sé que puedo ser.

Me di vuelta, al sentir un sonido de espada detrás mío. La chica lucía con cara de haber dormido y yo casi reí, no por eso, sino porque fue ella quién sacó la espada. Wow. Dije ya sonriendo con un deje irónico en aquella sonrisa. No quiero pelear contigo, la desaté para limpiarla, ahora me iba para buscar a un campista y entrenar. No me molesté ni nada, sólo me pareció extraño lo que dijiste, pero por mi parte todo bien, ¿vale? Ella no lucía con ánimos de pelear, podía notar que sólo se había puesto en posición más que nada para defenderse y estar lista.

La miré, dándole una sonrisa de algún modo un poco inocente. En verdad no estaba enfadada con ella, sólo me pareció extraño su modo de decir, '¿Se te ofrece algo?' Pero tampoco sería como para desatar una discusión ni mucho menos. Ignorarla. Probablemente si ahora pasaba de largo al área de entrenamientos en la arena, me olvidaría al minuto que alguna vez la había visto o conocido.

Esperé un momento a que ella dijera algo como, 'Ah, vale' pero algo en su mirada me decía que no me iría al arena... Tan pronto como planeaba.

Pff... Es lo único que podía decir. Una situación básica y aburrida, y cómo me aburre aburrirme.
Suena tonto, porque para algunos es obvio, pero para mí, no hacer nada es aburrido, mientras que para otros es lo mejor que hay.
Ésta era una situación de flojos, entiendo que ella estuviese agotada pero no había un minuto que perder. Minuto que se perdía, era entrenamiento que se desaprovechaba. Pero no malgastaría mis palabras en ella, cada quién con su modo de pensar, ¿no es esa la frase?

Oí lo que dijo, sin dejar de sentir ironía. La ignoré mientas ella cerraba los ojos. De pronto sentí que alguien me empujaba por la espalda, por suerte defensivamente puse mis manos ante la caída, cosa que la amortiguó un poco. ¿Qué te pasa, idiota? Mira por donde caminas, perdedor. El chico me pidió perdón y noté que se sintió mal. Suspiré y comencé a levantarme del suelo. ¡Dios! Por qué siempre tengo que caerme o tienen que hacerme caer. Exclamé mientras suspiraba otra vez.

Miré un momento alzando mi vista, para darme cuenta de que el chico ya se había ido.

Más tarde hablaría con el muchacho, porque estaba segura de que me traería problemas con el Señor D., o con Quirón. Entonces la chica opinó sobre ello, cargando contra mí. Yo le estaba dando la espalda, y sonreí ampliamente. Por suerte no había perdido mi tiempo hablando con ella. ¿Buscaba provocarme? Qué mal es cuando no logras lo que quieres... ¿no crees? Ella tal vez quería sacarme de quicio, para que sacara mi espada y cargara contra ella, que la odiara para poder pelear contra un buen contrincante.

Pero primero, para odiar a alguien éste tiene que valer la pena. Y para una chica que buscaba como rata un lugar para descansar y no hacer nada pero hablar entrecortado, cerrar y abrir los ojos repetidamente y echar su cuerpo contra una banca que como rata buscó. ¿En ella perdería mi tiempo? No, ni loca. Seguro había gente con ganas de superación, contrincantes de nivel, gente que vale la pena realmente... Pero éste tipo de gente altanera sin merecerlo, son de ésas que 'me la sudan' realmente.

Me quedé detenida, ¿le respondo o no? Siempre podía responderle y taparle la boca... Pero repito ¿en serio perdería mi tiempo de éste modo en alguien de éste calibre? No. No caería tan bajo. Seguí caminando de largo, esperaba que la chica no me detuviera para retarme esta vez de frentón, eso ya sería como cruzar todas barreras de estupidez.